miércoles, 26 de mayo de 2010

Me engaño luego... ¿existo?

Es curioso la manera que tenemos de engañarnos. Sabemos la verdad pero nos la tratamos de ocultar... esto es absurdo, ¿verdad?. Pues todos los hacemos.

Sabemos cuál es la verdad y sin embargo nos invaden pensamientos que no son más que una excusa, y yo me pregunto, si realmente sé la verdad, ¿por qué narices necesitos engañarme?

Pues muy facil. La verdad no me gusta, no satisface mis profecías, no cumple con mi realidad, no explica mis problemas... ¡ Que desfachatez! ¿Cómo se permite la verdad hacerme la vida más incómoda? Que facil es decir "no puedo", pero... ¿es verdad que no puedo? No, en realidad prefiero pensarlo para tener una excusa.

Hace años descubrí lo importante que era el proceso de DARSE CUENTA. Seguro que sonaría más bonito utilizando algún anglicismo del tipo "awareness" pero no se entendería tan bien.

Hay tantas cosas de las que darse cuenta que el proceso no cesa nunca. Me doy cuenta de que tengo que darme cuenta. Y de que me doy cuenta hoy? Pues de que me engaño. Ahora solo me queda descubrir todas las mentiras que me digo y convertirlas en verdades como puños, y estoy en proceso.

A nadie le gusta que le mientan... ¿por qué seré tan estúpida de mentirme a mi misma? Ya no mas, me costará, pero me voy a conectar a un polígrafo virtual en forma de blog donde confesarme.

Mi realidad, mejor o peor, es mia, y tengo que hacerme cargo de ella.

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