lunes, 31 de mayo de 2010

Suma y siga


Ya llevo 26 días desintoxicándome. 26 días de rehabilitación y cada día puedo ver números mágicos que son resultado de una renuncia activa.

Renuncio a comer para poder ir sumando kilos perdidos en mi tabla de descenso. No a comer realmente... a excederme.

Son 26 días y 7.4 kg perdidos. Es curioso como voy sumando de 200 gr en 200gr... y parece mentira que con cantidades tan pequeñas se hagan sumas grandes. Pero es cierto, no adelgazo directamente pasando de 103 kg a 96. Para llegar tengo que pasar por cada gramo que gané en su momento.

Y así, día tras día, sigo sumando gramos.

Resultado esperado y merecido este descenso, que no es más que una muestra nimia de lo que he de conseguir. Pero como suelen comentar los terapeutas en el grupo de gordos "si hoy he podido, y ayer pude, mañana también voy a poder". Que razonamiento más básico. Que razonamiento más válido. No es excusa el "no puedo" porque en algún momento he podido, luego tendré que buscar, si quiero zafarme de mi reto, nuevas estrategias y excusas.

De momento tengo muy claro que voy a seguir sumando. Y así, sumando y siguiendo, quiero llegar a mi peso.

domingo, 30 de mayo de 2010

Feng Shui


De la doctrina del Feng Shui aprendemos que deshacernos de los trastos viejos y de aquello que no necesitamos nos proporciona bienestar y equilibrio. Por tanto, nuestro cuerpo debe deshacerse de todo lo que no necesita para proporcionarnos bienestar.

No se si científicamente, o pseudocientíficamente, es un hecho extrapolable, pero el caso es que este razonamiento constituye un motivo más para perder el exceso de kilos que me invade desde siempre.

El Feng Shui es el arte de utilizar los elementos a nuestro alcance para hacernos más favorables las energías del planeta. Al igual que debemos evitar los objetos puntiagudos porque son causa de un mal chi, debemos evitar las grasas porque son causa de una mala salud.

No tengo constancia de que las culturas orientales basen su dieta en el Feng Shui; probablemente, lo hagan pero llamándolo de otra manera. Hace poco leía como la población más longeva del mundo, de origen oriental, basaban su dieta en ingerir únicamente lo que necesitan para vivir.

¿Por qué nos da por decidir que nuestro organismo necesita para vivir cantidades ingentes de cualquier cosa? ¿Por qué, si podemos vivir de forma saludable, con 1500 calorías al día, nos empezamos en ingerir 4000? No tiene ningún sentido. Es una especie de Síndrome de Diógenes corporal. Diógenes por conservar kilos inservibles que deberían estar como poco en la basura. Diógenes por, a pesar de estar sobrepasados, seguir comiendo de manera descontrolada y acumulando sobre la acumulación. Y Diógenes por no darnos cuenta de que estamos almacenando deshechos.

sábado, 29 de mayo de 2010

El gusto es mío

Como ya he dicho en varias ocasiones, mi tratamiento es también un proceso de descubrir.

Cada día me doy cuenta de que estoy aprendiendo a encontrar el gusto a las cosas. Bueno, a las cosas y a las comidas.

Puede que sea muy vanal... pero no dejo de pensar en qué puede llevarnos a cocinar los alimentos como lo hacemos los gordos, si la forma saludable de cocinarlos es más apetitosa.

¿Sabe un gordo realmente cómo sabe un buen pescado? Normalmente no. Sabe a aceite, a harina, a patata... a todo menos a pescado. ¿Por qué desvirtuamos de forma tan rastrera la comida? Ejemplos diarios en mi proceso. Cocino un redondo de ternera. Al comprarlo está rodeado de una tira de grasa blanca de cerdo. Quito toda la grasa. Pico cebolla y zanahoria y coloca la carne encima. Añado un poco de sal y una pizca de agua. Después de un rato de horno, un plato delicioso.

Hasta ahora lo que hubiera hecho es: cortar patatas (en vez de verduras), poner encima la carne con la grasa. Bañarlo con una buena cantidad de aceite, espolvorearlo con cientos de hierbas y mucha sal y una vez matado el sabor, asarlo.

No sé por qué lo hacemos. O por qué lo hacía. Pero ahora se que todo tiene una forma saludable y normalmente me gusta, es agradable al paladar, y tiene un sabor nuevo, un sabor puro.

¿Estaremos adulterando nuestra vida de la misma manera que adulteramos la comida? Si quitara todos los complementos innecesarios de mi vida ¿me gustaría más? Lo que es seguro es que quitando distracciones encuentras la esencia... y una vez más mi relación enfermiza con la comida destruye mis posibilidades de vivir plenamente.

Recuerdo...


Recuerdo un poster enorme en una de las paredes del aula de Religión donde ponía: "La primera lección de la vida es compartir".

Debe ser por nuestra cultura, pero yo siempre lo había interpretado de una manera muy material, muy física. Tengo dos manzanas, te doy una. Comparto mi paga con los niños pobres. O incluso ya más trascendental, comparto mis juegos con otros niños.

Hoy me he dado cuenta de algo importante. Una de las bases de mi tratamiento es COMPARTIR. No comparto ni mi dinero, ni mi comida, ni mis juguetes, pero comparto mi tiempo, mis emociones y mis sentimientos.

Ahora entiendo la frase. No se si COMPARTIR es la primera lección de la vida, pero se que es una lección vital.

¿Podemos superar un mal trago sin compartirlo? ¿son iguales nuestras alegrías si nos las quedamos para nosotros solos? He de compartir mis emociones con algo más vivo que la comida, con algo más humano que no se eche a perder si pasan un par de días.

Compartir mi vida de forma compulsiva con la comida me ha llevado a esto. Creo que se puede entender una adicción como la forma compulsiva de compartir con cosas, situaciones, o sustancias no saludables.

No quiero compartir más mi vida con la grasa, ni mi tiempo con los dulces. Quiero compartir mis emociones con quien realmente lo merezca y no con quien (o que) me lleva a una vida esclava de excesos incontrolables.

Quiero compartir mi dolor con quien realmente tenga la capacidad de entender. Quiero compartir mis logros con quien tenga la capacidad de alegrarse. Y quiero compartir mi proceso de curación con quien pueda apoyarme.

jueves, 27 de mayo de 2010

Conjuga el verbo PODER


"Yo puedo""tú puedes""él puede"...

Así pasan los días en mi grupo de gordos.

Hoy me he dado cuenta de ello. Un compañero estaba de despedida. No es que vaya a cruzar el charco, sino que ha finalizado su fase de descenso.

Cuando ves a alguien en esa situación, te parece imposible que hace unos meses fuera gordo, pero lo era. 38 kg en 4 meses y un importante cambio conductual. Él puede... así que yo puedo, todos podemos.


Me ha entrado la curiosidad de saber cómo se consigue llegar a la meta y me he quedado con un estracto de sus palabras:

- No hay que dar tregua a la adicción. Cuando menos te lo esperas empieza a intentar dominar tu comportamiento.
- Confía y haz todo lo que te digan los profesionales.
- Comprometete, ven todos los días.

Parece muy lógico pero me hace pensar... si es tan lógico ¿por qué nunca antes lo he conseguido?

Exceso es exceso

En estos días de descubrimientos contínuos, tengo uno más que añadir a mi lista.

Cualquier exceso lo es per se, independientemente de la cantidad excedida... O algo así. Suena raro, pero hasta ahora creo que no era consciente de ello.

Si para estar saludable tu peso es de 60 kg, da lo mismo que peses 65 o que pases 98, ambos implican un exceso. A veces tendemos a menospreciar un exceso pequeño con frases del tipo "no pasa nada". Pero si que pasa. Por lo general este exceso es solo una parte del camino hacia un exceso mayor.

Si algo debemos tener claro los gordos es que no pasamos de pesar 60 kg a 100 kg en dos días. Es un proceso largo y excesivo. Lo mismo que vivimos cada gramo bajado, deberíamos hacernos conscientes de cada gramo ganado. Los kilos de más son resultado de un esfuerzo para nuestro organismo, lo mismo que el peso ideal lo es de un esfuerzo conductual.

Excederse, por mucho o por poco, rápido o lento, más o menos... Da lo mismo. El resultado sigue siendo el exceso.

Solo un mensaje. Pensemos en todas aquellas cosas que tenemos/hacemos de manera excesiva. Solo por dar pistas (comer, beber, fumar, tener ropa, comprar, hablar, callar, ver la tele, discutir, ... )

miércoles, 26 de mayo de 2010

Nueva amiga



Mi nueva amiga se acuerda de mi.

Mi nueva amiga me presta atención.

Mi nueva amiga reconoce mis esfuerzos.

Mi nueva amiga se da cuenta de cuándo estoy mal.

Mi nueva amiga me echa en falta cuando no me ve... y sabe que es porque algo va mal.

Mi nueva amiga es mi báscula.

Al más estilo Bridget Jones


Como se de Bridget se tratara, empiezo mis dias subiéndome ansiosa a mi amigo el peso. Empiezo la mañana con:
300 g. menos, 0 cigarros (porque no fumo) y me duele la cabeza.




Si en vez de ser 300g. menos fuera 1 kg más, probablemente lo importante del día sería mi dolor de cabeza. "tengo migraña, no puedo mas, que dolor...". Sin embargo empezar a lo Bridget me motiva y me pone positiva y el dolor de cabeza pasa a un segundo o tercer plano hasta el punto de decir pasado un rato "uy, si me sigue doliendo", porque apenas me he dado cuenta de ello.

Empezar el día al estilo Bridget Jones, con un diario del peso, cuando las cosas van bien es genial. Te aporta energía, vitalidad, motivación... pero me asusta pensar en cuando Bridget engorda... ¿Qué va a pasar con ese energía y con mi motivación?

Me pondré algo metafísica... Físicamente la energía ni se crea ni se destruye, la energía se transforma... eso quiere decir que si no me siento con energía para afrontar un nuevo día de tratamiento es probablemente porque la energía la he derivado a otras áreas de mi vida.

Y ahora viene lo importante... ¿qué áreas de mi vida merecen más mi energía que deshacerme de esta adicción? Necesito esa energía, es mía, para mi, para ayudarme en este tratamiento y NO VOY A RENUNCIAR A ELLA!

Subirme al peso por las mañanas será mi "Power Balance" personal, así que si, al más estilo Bridget Jones, empezaré repasando mis logros para impulsarme.

"Cuando llega un momento así, parace imposible seguir viviendo. Y comerse todo lo que contiene el frigorífico parece inevitable. Tengo dos opciones. O me rindo, acepto el estado permamente de soltería y acabo deborada por pastores alemanes, o no. Esta vez escojo que no. No pienso dejarme vencer por un hombre malvado, y un insecto palo norteamericano. En su lugar, escojo el Vodka, y... Chaka Khan."

Me engaño luego... ¿existo?

Es curioso la manera que tenemos de engañarnos. Sabemos la verdad pero nos la tratamos de ocultar... esto es absurdo, ¿verdad?. Pues todos los hacemos.

Sabemos cuál es la verdad y sin embargo nos invaden pensamientos que no son más que una excusa, y yo me pregunto, si realmente sé la verdad, ¿por qué narices necesitos engañarme?

Pues muy facil. La verdad no me gusta, no satisface mis profecías, no cumple con mi realidad, no explica mis problemas... ¡ Que desfachatez! ¿Cómo se permite la verdad hacerme la vida más incómoda? Que facil es decir "no puedo", pero... ¿es verdad que no puedo? No, en realidad prefiero pensarlo para tener una excusa.

Hace años descubrí lo importante que era el proceso de DARSE CUENTA. Seguro que sonaría más bonito utilizando algún anglicismo del tipo "awareness" pero no se entendería tan bien.

Hay tantas cosas de las que darse cuenta que el proceso no cesa nunca. Me doy cuenta de que tengo que darme cuenta. Y de que me doy cuenta hoy? Pues de que me engaño. Ahora solo me queda descubrir todas las mentiras que me digo y convertirlas en verdades como puños, y estoy en proceso.

A nadie le gusta que le mientan... ¿por qué seré tan estúpida de mentirme a mi misma? Ya no mas, me costará, pero me voy a conectar a un polígrafo virtual en forma de blog donde confesarme.

Mi realidad, mejor o peor, es mia, y tengo que hacerme cargo de ella.

lunes, 24 de mayo de 2010

"Gordos Anónimos"

Siempre me ha hecho gracia eso de "Me llamo x, tengo 34 años y llevo 3 meses sin beber".

No es gracioso...

Me llamo Ana, tengo 29 años y llevo 18 días en tratamiento.

Y como yo otros muchos que somos lo suficientemente valientes como para afrontar la situación.

Así lo sentimos y compartimos en nuestras sesiones de grupo. Grupo de gordos. Si, de gordos que queremos dejar de serlo. Y no, no es ridículo, ni da vergüenza, es un reto. Héroes y heroínas comparten todos los días sesiones terapeuticas conmigo. Héroes y heroínas que siguen el mismo camino que yo quiero seguir. El camino del control, de la continencia, de la medida y de salud.

Cada día tengo la oportunidad de compartir con otros gordos mis dificultades y mis logros, y lo hago sabiendo que me entienden, porque ellos también lo viven. No son empáticos, son gordos. SOMOS GORDOS. Tenemos un problema y vamos a solucionarlo. Porque vamos a conseguirlo.

Anabel nos cuenta que lleva en tratamiento 7 meses. Ha perdido 60 kg.

Carolina lleva 5 meses y 37 kg. Un logro mayor, es diabética. Hace 37 kg tenía que pincharse 4 veces al día, hoy ninguna.

Yo, llevo 5 kilos en 19 días. No es nada al lado del logro de los demás, pero puedo compartirlo.

"Hoy estoy contenta porque no he transgredido" o "lo estoy haciendo perfecto"... y yo pienso... ¿Y yo? También puedo hacerlo perfecto, y también puedo no transgredir... así que parece lógico que también pueda conseguir mi objetivo.

Lo que está claro es que cuando salgo de mi "espacio obeso" me siento con ganas de perder todos esos kg y motivada para hacer la dieta perfecta... ¿que secreto esconden estas sesiones? Aun no lo se, se el resultado y me gusta.

La primera diferencia

Por primera vez en mi larga historia de gorda tengo un objetivo desde el primer día.

Cuando llego por primera vez a la clínica peso 103'800kg. Las 3 cifras asustan. Nadie le da importancia , ni pone caras de desaprobación, ni de compasión. Me miden casi hasta la anchura de los dedos. Analizan cada cm de grasa. Pero rápido pasamos al siguiente paso, FIJAR UN OBJETIVO.

No me había dado cuenta de lo importante que es tener un objetivo para hacer las cosas, y más para incorporarse a un tratamiento. Hasta ahora, la meta era siempre algo tan utópico que nunca era clara, ni escrita, simplemente tenía que empezar a adelgazar y el día de mañana ya veremos que pasa. Ahora no. Pasados unos minutos empezamos a hablar de mi objetivo. Acordamos que tengo que llegar a quedarme en 60kg y desde entonces nunca se pierde de vista la meta. Cada kg adelgazado es un kg más cerca del final.

Hace tan solo dos semanas que he empezado el tratamiento, pero puedo compartir mis experiencias con compañeros gordos y acercarse a la meta es alucinante. "llevo 68 kg adelgazados y me encuentro guapa, pero aun me quedan 20" comenta una compañera, "A mi me quedan muy pocos para llegar al mantenimiento" comenta otra. En cada comentario una meta referida, y en cada tratamiento un final previsto.

¿Sería capaz de hacer este esfuerzo si no supiera que en algún momento va a terminar? Probablemente no. ¿Seré capaz de hacerlo conociendo la meta? Creo que si.

Descubrimiento

Si, soy La Dama Blanca, y estoy en apuros.

Hace pocos días descubrí algo que era obvio. Soy adicta. No al alcohol, ni a la coca, ni a los somniferos, sino adicta a la comida.

Me dispongo a recorrer un largo camino de 40 kilos de exceso por reducir, y por lo que veo no solo consiste en no comer sino en cambiar mis esquemas mentales y mi forma de comportarme.

No es facil decir abiertamente "soy adicta", pero he aprendido algo importante los últimos años. Solo aquello de lo que nos hacemos conscientes podemos cambiarlo. Así que una vez consciente de mi realidad me decido a tomar las riendas de la situación.

Después de toda una vida haciendo todos los regímenes que caían en mis manos, después de toda una vida gorda, encuentro una nueva visión, una nueva opción de tratamiento. Me plantean mi problema como tal, como problema, como exceso, como incapacidad para medir, para distanciarme de la comida, para cortar con la comida una vez que he empezado a comer, y es entonces cuando caigo en la cuenta de que mi problema es muy similar al de un heroinómano, el problema es que yo no tengo metadona, y que la comida en su medida es necesaria y vital.

En la Clínica Ravenna me descubren esta nueva visión y por la novedad que supone para mi, quiero compartir mi diario emocional y del cambio, quiero tener un rincón donde decir "hoy me siento debil, quiero comer", o donde decir "estoy a tope de ánimo, seguro que llego a la meta"

Día a día, encontraré la manera más amena de transmitir mi vivencia esperando ser util para otros.