miércoles, 2 de junio de 2010

Para dar y tomar


Es increible la potencia que tiene el trabajo terapeutico en grupo. Hoy creo que hemos pensado mucho en lo que damos y lo que nos dan cuando compartimos este espacio y este tiempo.

Un sentimiento aislado es potente, mucho, lo vivimos a diario. Los sentimientos son tan fuertes que provocan cambios físicos. Si estoy triste, lloro; si estoy alegra, sonrío; y así con todo lo que sentimos.

Si esto lo multiplicamos por 2, 4, 8 ... La suma no es aritmática. Hablamos de aumento de la energía en un plano casi espacial. Sentimientos y emociones fluyen como la luz en el universo. Manejamos en pocos segundos miles de registros emocionales y, sabre todo, sabemos que podemos sentir.

Creo que estaba cegada, muy ciega para no ver tantas emociones vitales y quedarme siempre con la misma. Con todo el abanico emocional que existe ¿por que no escogemos en cada momento la respuesta más acertada?

Las emociones que los demás ponen en el grupo, las emociones que nos dan, que nos brindan, son ejemplo de respuestas múltiples. Un pantone emocional diría yo. Toda una gama de respuestas adaptativas que nos ofrecemos unos a otros de forma altruista.

¿Hay algo tan profundo como dar a alguien lo que siento? No puedo poner a lo que siento un lazo rojo, ni meterlo en un sobre, ni pagar mis facturas... pero puedo vivir.

2 comentarios:

  1. Que razon tienes, jamas habria pensado en llorar de emocion, ni por supuesto en llorar en grupo... y mira, los sentimientos estan ahi y cuando no se piensa en la comida estan a flor de piel y si se esta en grupo las emociones fluyen aun mas...

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